domingo, 25 de diciembre de 2011

¿Hay motigo pa una fiesta?

Efisando el panorama
der probetico praneta,
he dicho: ¿qué felicito,
si no hay motigo de fiesta?

Pero dimpues de pensallo
y de dalle munchas güeltas
he pensao, que anque tengamos
paraos a montoneras,
los bancos los atosiguen
y los quiten las viviendas,
los mercaos vayan a muerte
pa sacallos toas las perras,
la puta é la prima é riesgo
los joda dende Gruselas
y hay tantos mandamáses
con tan poquica virgüenza,
anque tengamos, ripito,
más cosas malas que güenas,
se pué parar un ratico
encomedio é la faena
pa desfrutar de la pascua
ca uno por si a su manera.
Por eso yo te deseo
felicidá a baldomeras
pa ti y pa tos los tuyos
en la Llengua de la Güerta.

Pero si es verdá que nace
er NIÑO por estas fechas,
y por eso celebramos
la pascua, sigún la ILESIA
le pido, que en cuanti mesmo
arrematemos las fiestas
comencipie a trebajar
y yo con él, a su izquierda,
P’ arrematar los deshaucios
qu’ echan al probe a la puerta.

Pa cerrar tos los mercaos
que quien sacallos la hijuela.

Pa dar trebajo ar parao
que no haya tanta miseria.

Y encerrar a los banqueros
robones y sinvergüenzas
que a costa de tos nosotros
se abarrotan sus carteras,
mentres dejan sin resuello
a las emplesas pequeñas.

Si no lo hacemos asin,
por la zocata y la erecha
y arrempujamos tos juntos
pa que no pare la ruea
por muncho que nazca er NIÑO
no podrá haber NOCHEGÜENA.

Antonio López Vidal (El Moreno)

Llano de Molina. Diciembre 2011

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Reflexión.

Antes de nada, compartir que si no actualizo el blog más a menudo, no es por falta de ganas, sino por falta -además de tiempo-, de ordenador. Dicho esto, Reflexión:

A cuatro días de las elecciones generales y sabiendo de la segura mayoría absoluta del Partido Popular, a la izquierda no nos queda otra disyuntiva que resignarnos y seguir luchando, cada uno a su manera.
Mi padre siempre nos ha repetido a mi hermano y a mí, que no se debe juzgar lo que no se conoce, claro que, nosotros ya hemos averiguado lo que hace tanto PP, como PSOE. Éste primero, nos arrastró a la famosa "burbuja inmobiliaria", el segundo, no sólo no puso fin a esa locura, sino que con su mala gestión económica, nos ha tirado a todos al vacío.
Al hablar con simpatizantes del Partido Popular, el más común libreto recitado es: "con Aznar, España vivió los mejores años de su historia." Es cierto. Yo recuerdo a mi madre arreglando el jardín, la piscina, pensando en comprar otro coche y, en definitiva, adquiriendo centenares de lujos, además de caros, totalmente innecesarios. Fomento del capitalismo por parte de los papás, el cual entiendo, por haber trabajado de lunes a lunes durante demasiados años, sin disfrutar absolutamente de placeres -pequeños o grandes- de los que disponemos nosotros. El problema viene cuando hay que devolver ese dinero. Llega la crisis, la gente y sus miedos, adiós clientes, negocios abiertos y sin funcionar. Obviamente, la culpa, además de los bancos y sus abundantes y excesivos créditos, es nuestra. Pero para esto, mejor entrar a Youtube y ver el fabuloso análisis económico de Españistán.
¡Adiós, Aznar! ¡Hola, Zapatero! Error. De este señor, no es necesario decir nada salvo que tenemos casi cinco millones de parados. Sin contar a los que trabajan -por ejemplo- dos horas semanales.

Vamos a retroceder años, y no estaremos igual, sino peor. Dado que antes, al menos, la sanidad y la educación eran públicas, manteníamos nuestra constitución y las reformas laborales incluían algún que otro derecho para el trabajador. Esto no es más que la petición de un voto responsable. Piensa de forma libre, vota a otros y quizás nos sorprendan. Rebelarse es la única opción. Apuesto por empezar en las urnas y seguir en las calles. Álzate frente al poder porque somos más. Y si no, nos vemos en la Revolución.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Fuerza y coacción sumergidas:


Vamos a hablar de fuerza y de coacción. Dos instrumentos que el poder, sea del tipo que sea, utiliza.
Obviamente, los ciudadanos vivimos con miedo, por ello, respetamos las leyes dimanadas del poder político. Es decir, yo no le quemo el negocio a la peluquera que me cortó mal el pelo por miedo a la cárcel. Esto, nos obliga a distinguir entre poder y violencia.

El poder descansa siempre en los miembros de una sociedad, los cuales entregan el derecho a que otros lo desempeñen. For example, la soberanía en mi país, descansa en el pueblo, pero entregamos dicho poder soberano a Zapatero en las urnas. Jó-de-te España. Claro que, nadie sabía que le iba a dar por cambiar nuestra constitución sin preguntar.

La violencia se apoya en los instrumentos utilizados a la hora de aplicarla. No puede hablarse de violencia si no existen mecanismos para ejercerla: porras, gas lacrimógeno, y en definitiva, todo lo que usaron para echarnos de Sol.

Os hablo de esto para que distingamos ambos términos, porque asimilar el poder político a los medios de que dispone para velar por el cumplimiento de la ley, nos llevaría directamente a confundir la autoridad (el poder) con la fuerza o la violencia (los instrumentos).
Y aquí es donde yo quería llegar. Si esto fuera así, no habría mayor expresión del poder que la que emana de los medios para aplicar la fuerza. Sin embargo, cuando un gobierno pierde capacidad para que sus órdenes sean obedecidas, el uso de la fuerza DEJA DE TENER UTILIDAD.
Entonces, suelen surgir los momentos propicios para las revoluciones, que normalmente acaban con cambios drásticos en las estructuras del poder. -Zapatero, acuérdese usted del año 1917, o del 1789.- Por lo tanto, cualquier uso de la fuerza llevado a cabo por el poder político debe perseguir la defensa de las leyes, la libertad y la seguridad de los ciudadanos. Debo ser muy peligrosa. Si los antidisturbios me dislocaron el hombro el 15 de Mayo mientras me manifestaba, por algo sería, pero yo, es que me quejo por vicio.

¡Un ejemplo del uso de la violencia en el ejercicio del poder salvaje apareció! Mayte usó: Estoy hasta los huevos. No es efectivo. Mayte está confusa. Mayte se agrede a sí
misma.

Otro gran ejemplo de pérdida de confianza del pueblo en su poder político. (Revolución Rusa.)
Y este, es mi ejemplo favorito:


viernes, 29 de julio de 2011

¡Camarero, otro tiopentato de sodio!

Hace unos meses estuve en una performance de Angélica Liddel. Una mujer que ha conseguido construir un negocio divulgando su dolor, alegría, o cualquier sentimiento compacto. Tras varias horas de actuación, la conclusión a la que llegué fue tan simple que casi me decepciono a mí misma, quizás por no poder entender a esa mujer del todo. Ella recitaba que todos, absolutamente todos somos despreciables, que estamos contaminados de maldad, egoísmo, fariseísmo. Y que quizás, las palabras más sinceras que puedas escuchar a lo largo del día, se producen en el momento en el que entras a un negocio chino y surge esta conversación: "- ¿Queda pan? + Sí. - ¿Cuánto vale? + 60 céntimos."
Realmente, pagué para que me insultara, porque en ese momento, ni entendí bien su actuación, ni quise analizarla.

A veces, el exceso de confianza, la autoridad, la ciega creencia en alguien, nos puede hacer caer en el dogmatismo. Un elemento apto para destrozarnos. Ahí es cuando a mí me da por buscar los criterios de verdad, analizarlos y estudiarlos.

Cuando hablo de mentiras, no me refiero a las del día a día. Esas que no hacen daño a nadie, sino a otras capaces de desequilibrar a cualquiera. Inmenso poder el del ser humano, que es capaz de acabar con cualquiera sin tocarle. A nosotros no nos hacen falta armas ni escudos, ni motivos para iniciar una guerra mental más lesiva que cualquier cruzada en la que se necesiten bombas. Tenemos la capacidad de actuar conscientemente. Y la necesidad de hacer que una querencia puntual sea mil veces más importante que cualquier otra cosa. Nos pasa desde niños, cuando vemos algo nuevo y dejamos apartado cualquier otro juguete del que no podíamos prescindir minutos antes.
Y efectivamente, cuando esto se entiende, te acuerdas de Angélica Liddell, y de su "todos, absolutamente todos, somos despreciables." Y le das la razón. Y piensas en lo bien que iría el mundo, si en los bares, en lugar de alcohol, se sirviesen chupitos de tiopentato de sodio.


miércoles, 6 de julio de 2011

Misma puta, diferentes bragas.

Últimamente está muy de moda el tema del aborto. De hecho, algunas personas en contra, han seguido el ejemplo del 15M tomando la plaza de la Puerta del Sol en Madrid. Aunque no ha tenido mucho éxito. Digamos que no fue multitudinaria, precisamente. Volvemos a tocar un debate denso e inapetente, porque, ¿cuándo habéis conseguido que alguien cambie de opinión? Jamás se es objetivo ni con política, ni ideales, ni fútbol. Me descoyuntan las personas que se retroalimentan sin tener argumentos.
He leído por ahí controversias acerca de esto. No soy una experta en el tema, ni mucho menos, pero soy lo suficientemente lista como para sacar los dos argumentos opuestos aventajados:

1.- Los 'antiabortistas' se niegan a creer que los médicos que practican el aborto, sean médicos. Porque ya se sabe, los médicos curan y no destruyen vidas. La palabra predominante era clara y usada con una libertad y violencia extrema: asesinos.
2.-Los 'abortistas' se empeñan en que cada uno es libre de decidir si quiere o no tener hijos. Y acusan a la iglesia de ser aún más asesina, puesto que condena, por ejemplo, a Etiopía, a ser uno de los países con más tasa de mortalidad por ETS, predicando el desuso del preservativo.

¿Falacia ad hominem? "Yo sí, pero tú más."
Al final, nadie intentó entender al tertuliano de visión opuesta. No conseguirlo, sino intentarlo siquiera. Porque al fin al cabo, tanto unos como otros son de igual extremo. No existe el gris ni excepciones cuando se habla de abortos. Sólo existen asesinos con bata, y asesinos con alzacuellos.

Reflexión, por favor.

sábado, 2 de julio de 2011

#Manipulación se escribe con hashtag.

¿Sabíais que a los medios de comunicación de masas se los ha calificado de cuarto poder, llegando a hablarse de un poder o sistema mediático? A diferencia de los otros poderes del estado (ejecutivo, legislativo y judicial), se trata de un poder informal, disperso y no coactivo. Este poder mediático debería actuar como un contrapoder. Es decir, tratar de evitar el abuso por parte del poder político en una sociedad democrática.

En teoría, el poder mediático garantiza una representación permanente de los ciudadanos. Son algo así como una especie de cuerpo intermediario entre el poder político y nosotros, los ciudadanos, que demandamos por activa y por pasiva la imparcialidad y objetividad de éstos. Pero, ¿llega a ser así del todo? Yo no lo creo.

En las democracias mediáticas los periodistas y los políticos se necesitan mutuamente para alcanzar sus objetivos. Los primeros, para poder informar, precisan tener acceso a la autoridad. Y los segundos necesitan que la ciudadanía tenga noticias de ellos, de sus propuestas y de sus actuaciones. Para el buen funcionamiento de la democracia es necesario que exista esta cercanía entre los medios de comunicación y la clase política. ¿Problemas? Actualmente, el político habla únicamente para los medios, con palabras, actos e imagen preparados (por ejemplo, con entrevistas pactadas de las cuales ya tenemos constancia.), con el objetivo de persuadir en lugar de convencer. No quiero que me vendan una idea, para espectáculos, ya está la feria.

¿Por qué hablo de esto? Desde el 15M, y esto no es ningún secreto, hemos visto cómo los medios manipulaban todo tipo de información. Llegué a escuchar verdaderas atrocidades. Mi entrada no tiene otro objetivo que animar a usar otros canales de información no comprados y corrompidos, en donde no existe la condena o el vituperio y somos libres para ser objetivos o no, pero nunca imponiendo una información irreal: he descubierto un nuevo universo informativo con un aparato visible en casi todos los hogares. Creo que le llaman 'router'.

Bienvenidos al progreso.

jueves, 30 de junio de 2011

Querido diario.

Hoy estoy teniendo un gran día. Son las 16:43 y mi universo sigue siendo tan fructífero como destructivo. Sigo pensando en mis fines relativos, y por supuesto, en el absoluto. Aristóteles dejó caer que, el fin último y supremo al cual tiende toda acción humana debe ser la felicidad. Perseguir la felicidad para ser feliz, simple y llanamente. Si yo hubiese existido allá por el año 350 a.C., sin duda hubiera pertenecido al vulgo, identificando así, la felicidad con el placer. Poco o nada me habría diferenciado, según los pensadores, de las bestias. No habría ni un diferencial de (dicha como actividades, conocimientos, procedimientos, valores e ideas que se producen y transmiten por aprendizaje social) cultura buena.

La cultura me ha llevado a intentar suplir mis carencias con cultura material. Ya casi no tengo elementos relacionados con los modos de pensar, los conocimientos, los sentimientos, las mentalidades, etc... Las normas y leyes que regulan las relaciones sociales entre los individuos me han atrapado. Ya las mujeres no son guerreras, como en 1917. Ya no se huye de los malos, sino de uno mismo. El sistema de interrelaciones entre individuos es una mierda. Ahora hay que tener un nobel para cambiar el mundo, mientras que antes, los que cambiaban el mundo eran los que luchaban individualmente y jamás se le fue reconocido su honor.

A la mierda los criterios de verdad. El sentimiento de certeza psicológica o moral me está destruyendo porque ni hay convicción interna, ni subjetiva, ni hay fidelidad a mí misma. La evidencia ya no es tan evidente, el dogmatismo brilla por su ausencia y las tradiciones me empiezan a aburrir. El pasado remoto y arcaico ya no es verdadero. Tengo visiones opuestas que ven en el futuro histórico la consecución de lo que ahora solo es deseo.